LA ORQUESTA DEL ECOMMERCE
“Caballeros, ha sido un privilegio tocar junto a ustedes esta noche”.
Una de las escenas más emblemáticas de la película Titanic -aquel filme de James Cameron que en 1998 reflejó el hundimiento del, quizá, barco más grande del mundo- tuvo como protagonista a su orquesta musical. Muchos puntos de vista y legados surgieron a raíz de esta imagen donde se refleja a un grupo de músicos tratando de llevar la tranquilidad a los pasajeros, pese a que alrededor reinaba la confusión, el caos y la desesperación. En la cultura popular hay quienes utilizan a esta orquesta como sinónimo de personas, empresas y/o líderes que, ante graves acontecimientos donde el peor final es inminente deciden tomar una actitud pasiva y tranquila, como si nada sucediera, esperando el desenlace. Por el contrario, muchas personas también idealizan esta escena como un acto de heroísmo, haciendo lo que los apasiona hasta el último segundo de su existencia. Sea cual fuera el sentido que se le quiera dar al acto, nos preguntamos: ¿Qué hubiera sucedido si la orquesta contaba con un bote salvavidas personal para ellos?
Y es que el hundimiento del Titanic puede reflejar muy claro lo que sucede en las empresas colombianas (y, ¿Por qué no mundiales también?) en tiempos de COVID-19. En el mismo barco se encontraban personas de todas clases sociales, etnias, estratos. A su vez, la pandemia atacó de igual manera a PyMEs, empresas grandes, de toda clase de rubros, y quedó supeditada a la capacidad de reacción de cada una para afrontar esta crisis. También sacó a la luz la tarea de algunos asesores que, tal como aquel vigía presumía: “Podían oler el hielo”, pero al momento del inminente impacto no supieron desenvolverse. Finalmente, con el agua empezando a azotar el barco, los empresarios comenzaron a mirar hacia los botes salvavidas: el e-Commerce.
En tiempos de coronavirus, el eCommerce se convirtió en el único canal de ventas del gran porcentaje de la industria colombiana, y por supuesto, algunos tenían un trabajo de años realizados y otros tuvieron que innovar. Pero para entender porqué el comercio electrónico se convirtió en parte fundamental de la economía colombiana en estos meses de aislamiento, podemos analizar algunos números: En Colombia, desde hace diez años el comercio electrónico venía teniendo un crecimiento anual de entre 20% y 25%, frutos de un esfuerzo de muchas empresas que empezaron a mirar hacia el horizonte digital, especialmente en rubros como turismo, tecnología, moda, entretenimiento, salud y belleza, entre otros. Sin embargo, pese a que ocho de cada diez personas en el país aseguran navegar en la red diariamente, ya sea por sus teléfonos móviles, en su hogar o en los sitios de trabajo, hasta marzo Colombia no registraba una alta demanda de eCommerce, ocupando el cuarto lugar en Latinoamérica en el mayor número de ingresos en términos de ventas, después de Brasil, México y Argentina. Con el comienzo de la cuarentena, en los primeros días de abril muchas empresas alcanzaron la totalidad de ventas logradas el mes anterior, a la vez que el tráfico orgánico se incrementó hasta 3 veces más que el promedio antes de la crisis. También las plataformas de Marketplaces fueron las más beneficiadas, como Mercado Libre que aumentó en el país 1,7 millones de usuarios nuevos, de los cuales el 56% realizo entre 1 y 2 compras con ayuda de la plataforma, el 20% realizó al menos dos compras, y el 24% realizó más de tres compras. Según los datos oficiales de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el comercio electrónico ha sido una herramienta clave para el abastecimiento de los hogares colombianos, lo que se evidencia en el crecimiento que han presentado las categorías de Deportes (86.5%), Retail (52.9%), Salud (38.2%) y Tecnología (26.9%).
Sin lugar a duda el eCommerce llegó esta vez para quedarse, convirtiéndose en el bote salvavidas del Titanic. Son tiempos donde los empresarios necesitan dejar de creer que son la orquesta musical y que tienen que cerrar sus locales con dignidad, sino más bien saber que existen botes para ellos también, para tener una segunda oportunidad y explorar este nuevo mundo comercial que nos deja el COVID-19. Desde ePartner los invitamos a insertarse en el mercado online, a analizar todas las oportunidades que tiene el comercio electrónico, y por supuesto, a no “Hundirse como Caballeros”.